En el mes de mayo, mi familia y yo estuvimos visitando Córdoba y disfrutamos de su feria. En primavera, Córdoba es especialmente bonita, porque es la ciudad de las flores, y los colores de sus macetas brotan en patios, ventanas y balcones. Este lugar que está reflejado al atardecer, muestra una de las imágenes más típicas de Córdoba.
Lo que más llama la atención es el puente romano, por el que pasa las aguas del Guadalquivir. Es uno de los puentes romanos más grandes que se conservan en España. Al fondo, contemplamos el arco del triunfo romano, que nos sirve de puerta para acercarnos a la mezquita. La torre de la mezquita se levanta majestuosa, señalando las nubes del atardecer como si fuera una flecha. Y las naves de la mezquita se extiende muy cercanas al río como espuma blanca salpicando el fondo cientos de casitas blancas componen el paisaje de esta ciudad bonita de Córdoba.
Cuenta la historia que el sabio Aberroes, filósofo, medico árabe y especialista de leyes islámicas, matemáticas y astrónomo fue ciudadano cordobés influyo con sus escritos en el pensamiento cristiano de la Edad Media y Renacentista.
A mí Córdoba me pareció una ciudad preciosa, su gente es muy amable y su gastronomía muy rica, sobre todo los flamenquines.
Disfrute mucho en su feria, y os recomiendo que vayáis.
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